El deber de trabajar

No trabajéis por la comida que se acaba, sino por la comida que permanece y os da vida eterna. Esta es la comida que os dará el Hijo del hombre, porque Dios, el Padre, ha puesto su sello en él. (Juan 6,27)

Todo aquel que se acerca a Jesús es consciente de que la verdadera comida es aquella que el nos da, no quiere decir que un cristiano autentico no coma como todo los hombres necesitamos darle de comer al cuerpo físico, pero la vida la da el espíritu y a ese le demos de dar la comida espiritual que nos da nuestro señor y salvador Jesucristo, pues el Espíritu es el que vivifica el cuerpo y sin el nada seriamos.

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente. (Gn 7,4)


Fue hecho el primer hombre, Adán, alma viviente»; el postrer Adán, espíritu que da vida. (1 corintios 14.45)

Por lo cual, el cristiano debe trabajar cada día por llenarse de Cristo, guardando los mandamientos que le nos dio, y practicandolos cada día en nuestra vida para que otros vean a Cristo reflejados en nuestras vidas.
Es hora de deshacernos de todo aquello que el mundo,la carne y el maligno nos ofrece vistiendolo de placer, reposo, ociosidad y materialismo para atraparnos en aquellos alimentos que nos son veneno.

y para terminar este aliento

He aquí que será bendecido el hombre que teme a Dios. (Salmos 128.4)

Un corazón para Él

Un corazón para Él, ¿quien tiene un corazón capaz de negarlo todo por Él ?, los hombres intentan acercarse a ÉL por medios humanos, por religiones, por ocultismo, pero todo ello solo es producto del engaño, al que el príncipe de este mundo tiene sometido a los hombres, y esta engaño también toca el corazón de un creyente, de un discípulo, de un hijo de Dios.

Ayer se nos enseñaba algo realmente olvidado en nuestros corazones el amor por Él, la entrega total de nuestras vidas y la rendición incondicional de nuestros corazones al Rey Supremo, al Dios de amor, Nuestros Señor y Salvador JESUCRISTO REY DE REYES, SEÑOR DE SEÑORES. REY DE LA GLORIA.

El comienzo

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